CUANDO EL “MAD” DEJA DE SER “COOL”


Todavía con sueño y resaca festivalera de estos tres días de intensidad musical en Mad Cool, os escribo con mi inestimable “Spoty” que me ayuda en los peores momentos.


Antes de nada, es importante informar que, a pesar de ser colaborador de markandoestilo.com y de A.P.I (Agencia Prensa Internacional) asistí al festival, a título personal, ya que, ni a la web ni a la Agencia, se les entregaron las acreditaciones de prensa, ni tan siquiera un email que explicara los motivos cuando se reclamaron las mismas. Esto ya denotaba unas carencias organizativas que más adelante quedaron de manifiesto.

El festival ya tenía un ambiente previo, mezcla de ilusión y malestar, que se produjo cuando se supieron los horarios finales de los conciertos. Grupos como Alt-J, Ryan Adams y Sexy Zebras tocaban a la vez y con estilos para nada antagónicos, lo cual, al menos a mi, me produjo un debate interno de a qué grupo renunciar. Se entiende la dificultad que conlleva la organización de horarios de tantos conciertos pero en este caso la solución era fácil: No ponerlos como segundos cabezas de cartel y a la misma hora, al menos en lo que a Alt-J y Ryan Adams respecta. No hacerlo, es simplemente defraudar a la gente que espera ver a ambos grupos en un mismo día y que ha pagado por ello…

Y por fin llegó el ansiado jueves 6 de julio, donde nuestro querido Murphy apareció y tras días a 38º en la capital, decide que tiene que caer la mundial a la hora del comienzo del festival. Ante el temor de todos, Mad Cool anuncia que pese a todo, no se cancelarán los conciertos a pesar de las lluvias torrenciales, otra señal más de lo que lamentablemente, estaba por llegar.

La lluvia no hizo que se cancelaran conciertos pero sí puso en aprietos a The Lumineers que empezaron con media hora de retraso y se vieron obligados a tocar escasos 25 minutos, con sus mayores temazos, eso sí. Otro de los daños colaterales fue el apagón que sufrieron las pantallas del escenario principal Mad Cool, que quedaron inutilizadas toda la jornada.

Quique Gonzalez en el escenario Radio Station también sufrió estos problemas de sonido, lo que seguro afectó al DVD que el artista madrileño quería realizar de su paso por Mad Cool. A pesar de todo, he de reconocer que para la tromba de agua que nos cayó (yo a las 4 de la mañana seguía mojado) el Mad aguantó el chaparrón, nunca mejor dicho.

Entrada la tarde-noche el viento empezaba a oler a rock y a Seattle por lo que previsor yo, me desplacé hasta el interior de la Caja Mágica donde, a diferencia del año pasado, se ubicaban los puestos de comida. Cambio de ubicación un tanto molesto por la lejanía de los escenarios principales. Allí me encontré una ingente cantidad de personas haciendo colas para pedir comanda y otra tanta para recogerla, pero lo que es peor, por un momento me sentí en la revolución industrial, con trabajadores sobre saturados por el volumen de gente y el calor de los fogones y gente ansiosa por llevarse su comida y volver al concierto.

Solución: Menos stands publicitarios de refrescos y canales de TV y más puestos de comida. A todo esto, al fondo del recinto interior de la Caja Mágica vi una especie de tenderete de feria de barrio… el escenario Mondo Sonoro… «no words».

Llegaron las 22:20 y, aun corriendo desde 300 metros del escenario donde me encontraba, el grito inicial de Dave Grohl me pone los pelos de punta y pone a 45.000 personas a tono para dos horas y media de rock. Sin duda alguna, una de las actuaciones más sublimes que he visto en mi vida y el punto positivo de la primera jornada de festival.

De camino al parking privado del festival, ubicado en Mercamadrid a 3 km del recinto, compruebo que la cola de 300 metros que hay, no es otra que la cola para coger el autobús que lleva al parking. Decido entonces ir andando por mi cuenta para evitar la larga espera. Solución que adoptan numerosas personas que prefieren ir a pie a esperar una hora. Pero la mayor sorpresa es que tras 20 minutos andando paralelo a la carretera, aún no ha llegado ni un solo autobús del festival en lo que es una cadencia de autobuses absolutamente lamentable para un festival de esas dimensiones. Y en esto no cabe echar balones fuera y culpar al Ayuntamiento. ¡No directivos de Mad Cool, no! , gástense parte de sus beneficios en autobuses privados del festival que no paren de circular, o digan a uno de sus numerosos patrocinadores que en vez de stand pongan autobuses. Lo dicho, ante el asistente todo ha sido escatimar gastos.

Llegó el viernes y con ello la segunda jornada de festival que otra vez comenzaba con fuertes lluvias que arreciaron, eso sí antes que la jornada pasada. Después de la larga espera para coger el autobús que llevaba del parking privado al festival veo la inmensa cola de entrada al recinto que afortunadamente iba fluida. En el escenario principal el grupo de Punk-Rock Rancid, ya con las pantallas arregladas, despliega su bandera y empieza su espectáculo que, a mí por lo menos, me teletransportó a mis años de skate y Tony Hawk en la “play”, con clasicazos que pese a los años no pierden fuerza.

Tras el debate interno de decidirme por uno de los tres grupos que tocaban a la vez, Alt-J, Ryan Adams y Sexy Zebras en el que me puso Mad Cool, y supongo que motivado por la actuación de Rancid, decidí ir a ver a los Sexy en el “tenderete” interior, “Mondo Sonoro” y aprovechar para cenar. Los Sexy no defraudaron y tocaron con la misma fuerza de siempre, con ese rollo tan macarra que nos engancha, bajos distorsionados perfectos para un “power trio” y guitarras potentísimas. Me hubiera gustado una actuación algo más larga y con algún tema antiguo más, pero supongo que el “tenderete” de actuación estaría muy cotizado. ¡Ojo a esta banda en el futuro!

Después de otra larga espera para coger algo de comida y con la hora “pegada” marchamos al escenario principal para ver al cabeza de cartel del viernes, Green Day. La actuación empieza 30 minutos tarde, algo muy normal en Green Day que tiende a retrasarse en sus conciertos.

El escenario se presenta absolutamente repleto, con gente más allá de la mitad del recinto. El espectáculo de los de California empieza con su mítico conejo animando al público. Por fin comienza la actuación que no defrauda, con un auténtico “show man” llamado Billie Joe que se le veía encantado con aquella multitud y donde creo no se dejaron ni una canción por tocar. Pero esta actuación quedará para siempre marcada por un accidente, para siempre recordada con sabor amargo por lo que pasó previamente al show.

Al parecer, escucho comentarios por parte del público que estaba a mi lado, se había caído un acróbata de la gran grúa situada enfrente del escenario y  se temía por su vida. Dos canciones después, se confirma la muerte de Pedro Aunión, director, bailarín, coreógrafo y actor que estaba realizando un espectáculo antes del concierto. En ese momento todo cambia, Green Day ya no importa, las canciones ya no me producen nada más que un sentimiento de qué c**o hago yo aquí… Todo esto agravado por el hecho de tener la grúa donde todo pasó enfrente de mí

Empiezo a pensar que todo parará y que si no se cancela la actuación de Green Day, sí lo harán las siguientes. Tonto de mí, tonto de mí en pensar que la organización haría algo medianamente humano sino que temía más la pérdida económica que la dignidad moral, ética y humana. Todo siguió como si no hubiera pasado nada, ni una información, ni una explicación, absolutamente nada.

Bien entrada la madrugada y ante las críticas por la falta de información, sale a la luz el primer comunicado oficial por parte de la directiva del festival, el cual es absolutamente lamentable:

El hecho de que despachen la pérdida de un ser humano en 52 palabras denota una falta de sensibilidad y humanidad tremenda. Más aún cuando ese trabajador murió trabajando en tu espectáculo y, aunque no se saben las causas del accidente e, incluso cuando el festival no tuviera culpa alguna en el mismo, la directiva del festival sí tiene una responsabilidad para con esta persona y para con todos los que forman parte de Mad Cool, desde el primero al último. Dudo mucho que si un artista de un grupo musical hubiera tenido un accidente hubieran actuado de igual manera.

Al día siguiente, la noticia saltó a la prensa y la dirección decidió publicar un segundo comunicado oficial en el que detallaban lo ocurrido en 10 puntos. Este comunicado para muchos llegaba tarde y claramente estaba influido por las numerosas críticas recibidas del primer comunicado. De ahí que el comunicado pierda naturalidad y parezca un intento de mantener ese postureo buen rollero, ese “Cool” de su nombre que lo que esconde detrás es el simbolito del dólar.

A las 19:00 se convocó en las puertas de la Caja Mágica una concentración en memoria de Pedro Aunión y de protesta por la gestión de la directiva ante el accidente y para concienciar de los accidentes laborales.

Dentro del recinto, en esa especie de Disneylandia donde nada malo pasa, tocaba Wilco en el escenario principal. Con sus ritmos country-rock y sus elaboradas canciones, no dejó a nadie indiferente. En la otra punta del recinto los Fuel Fandango, a los que nos hubiera gustado hacer una mayor cobertura si Markandoestilo.com o A.P.I hubieran estado acreditadas, animaban al público con la poderosa voz de Nita y una base musical muy cañera. Posteriormente, los Manic Street Peachers asomaban en el escenario Koko como antesala de lo que estaba por venir en el escenario principal, los cabeza de cartel King of Leon.

Peregrinando al recinto interior de la Caja Mágica y después de una espera mayor que los dos días anteriores juntos para comprar comida, los Full amenizan la espera en el cuchitril particular del festival, donde la directiva del festival debería agradecer que artistas nacionales de calidad como Full o Sexy Zebras acepten a tocar en ese escenario de 5 x 3.

A mitad de concierto se para su actuación y se apagan unas cuantas luces. Empieza a sonar la canción “Purple Rain” de Prince. Y en las pantallas aparece el siguiente mensaje, donde Pedro pasó de ser “el bailarín aéreo” a “nuestro compañero”.

Aunque austero y más por marketing que por corazón se le hizo su homenaje. También, he de decir que el hecho de elegir para su homenaje la misma canción con la que falleció no me pareció acertada. Acabó el homenaje con un sonoro aplauso y se retomaron los conciertos.

Camino al recinto exterior, una vez más, llegando apurado a los cabeza de cartel, los King of Lion empiezan su actuación con su estilo sobrio y sin excentricidades. Los de Tennessee tocaron tanto sus canciones míticas “Sex on fire” o “Use somebody” como los nuevos singles de su último disco Walls en lo que fue una actuación digna del volumen de gente que acudió.

Más tarde les tocaba turno a Foster the People en el escenario Koko, que animó al personal con sus bases electrónicas y sus canciones pegadizas en lo que empezaba a ser el final del Mad Cool.

Entrada ya la madrugada, la música electrónica pidió sitio con grupos como Moderat que volvió locos a los asistentes con sus temas y su puesta en escena o los SBTRKT que cerraron finalmente un festival agridulce, donde los numerosos fallos organizativos, la gestión del accidente de Pedro Aunión y el hecho de que prime el beneficio económico sobre las personas y  los asistentes, han convertido al Mad Cool en el Mad Fool…


Mikel Zubillaga


 

Mar Barbero

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Titulada Superior en Danza Clásica y Danza Española por el Real Conservatorio, lleva más de 30 años en el mundo de la Comunicación.

2 Comentarios
  • IBAI ZUBILLAGA
    Responder

    Gracias por el artículo. Una auténtica lástima ver en qué han degenerado este tipo de festivales…
    No tengo palabras.
    D.E.P Pedro Aunión

    julio 11, 2017 at 6:58 am

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