DESDE EL MAR…


Consumir productos de temporada, en especial pescados, no es sólo una moda, es la manera más inteligente de disfrutar de los alimentos en su mejor momento y de respetar los ciclos biológicos de los animales y de las plantas


En los últimos años se está haciendo especial hincapié en el consumo de productos de temporada ya que no sólo supone grandes beneficios para nuestra salud y nuestro bolsillo, sino porque siempre redundará en una mejora del medioambiente y sobre todo, porque disfrutaremos con más intensidad de todos los sabores y matices que nos ofrecen estos alimentos.

Sin embargo, parece que los productos de temporada se circunscriben a las frutas, verduras y hortalizas, y no es así. Los pescados, al igual que las carnes y los productos de la tierra, tienen un ciclo biológico y es precisamente por eso por lo que cada especie tiene unos meses al año en los que su consumo es especialmente recomendable.

Hablamos del momento óptimo porque es precisamente durante su temporada cuando mejora su aporte nutricional, debido especialmente a la abundancia y calidad de su carne. Además, de esta manera se respetan sus ciclos reproductivos y por tanto su consumo es mucho más respetuoso con el medioambiente.

Gambas, calamares y langostinos……

Aunque son uno de los platos más consumidos durante el verano, los calamares están especialmente ricos a partir de septiembre, que es cuando empieza su temporada. Son una gran fuente de proteínas y contienen vitaminas A, B12, C, E y ácido fólico, además de hierro, potasio, cinc, fósforo, manganeso, magnesio, yodo y cloro. Y como todos sabemos, a la romana son un auténtico manjar. Si quieres degustar unos calamares insuperables, en el restaurante Fishgon de Barcelona, especializado en pescados y mariscos, los preparan con tempura oriental y los sirven acompañados de una mayonesa de ajo negro.Y, si eres amante de las típicas rabas de Cantabria, no dejes de visitar Casa Gerardo, en Suances!!!

Aunque es posible encontrarlos frescos durante todo el año, las gambas y los langostinos viven su temporada alta desde principios de agosto hasta finales de octubre. Se distinguen por su baja concentración de lípidos, por su poder saciante y por su aporte de vitaminas B12, B3 y cinc.

Los amantes de las frituras, pueden degustar unas colas de langostino con un toque exótico (rebozadas en panko, pan crujiente japonés, y servidas con salsa ponzu. También está deliciosa la gamba blanca, hervida en agua salada y sazonada con sal gorda, para que el producto no pierda ninguno de sus delicados matices.


MAZY


 

Mar Barbero

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Titulada Superior en Danza Clásica y Danza Española por el Real Conservatorio, lleva más de 30 años en el mundo de la Comunicación.

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