¿Siente usted fuertes y constantes oleadas de pereza?
¿Sólo tiene ganas de quejarse y quedarse en la cama, o viendo una serie de Netflix? ¿O por el contrario tiene energía selectiva cuando se trata de trabajar, pero podría estar toda la noche bailando en una fiesta? Entonces, nos vemos en la obligación de decirles que padecen ustedes la depresión post-party.
Sus síntomas son muy claros y fáciles de detectar: Después de un periodo más que aceptable de vacaciones (véase verano, Navidad, Pascua, o incluso algún puente), las ganas de volver a la rutina son nulas, y la sensación de tristeza y cansancio de tener que despedirse de la libertad tienen, tal tamaño que a veces pueden resultar difíciles de soportar.
A ello se le debe sumar, que las vacaciones suelen aprovecharse para dar alguna que otra alegría al estómago: que si una cenita por aquí, que si un heladito por allá… que si el roscón de reyes, que si los huevos de Pascua… Estas salidas suelen ser muy placenteras, pero tienen efectos secundarios: un estómago más lleno, y una báscula más cansada por soportar más peso del acostumbrado.
Desde Mikueva, proponemos el siguiente remedio para combatir esta depresión Post-Party: tomarse la vida con un poco de alegría, y darse un respiro de vez en cuando, que las vacaciones no son el único momento en el que se debe descansar.
Ya se sabe lo que dicen: una vez al año, no hace daño…
Mika Mellark
