MIKUEVA VIAJERA: DESTINO, PARÍS


Jai, readers. Como es primavera, me apetecía hablar un poco de la conocida como “ciudad del amor”, (aunque cuando yo fui, pa mí de eso nada, pero son cosas que te pasan cuando eres una pringada). Si estáis pensando en romper vuestro cerdito para visitarla, dejadme primero que os cuente mi experiencia en tierras francesas…


Antes de nada, voy a recalcar que el viaje era a DISNEYLAND, pero mis padres decidieron que ya que estábamos París, ¿cómo íbamos a cometer el gran pecado de no visitar la ciudad? Confesaré que a mí en ese momento me importaba un comino si iba al infierno, y que me pasé el día deseando que pasara rápido para volver cuanto antes al parque temático. Tenía once años y unas ganas increíbles de ver a Mickey Mouse. Por favor, no me juzguéis.

Dejando a un lado mi mala disposición, he de decir que París, efectivamente, merece aparcar Disneyland por un ratito, porque es una ciudad verdaderamente preciosa. Arquitectónicamente es espectacular, el Louvre es maravilloso, y subir a la Torre Eifel y ver todo desde arriba es una sensación que no se paga con dinero. A pesar de ello, no todo va a ser de color de rosa…

 No voy a mentir, París no me gustó tanto como otras ciudades que, a pesar de ser menos espectaculares, a mi parecer, tienen más encanto. Mis mayores decepciones sin duda fueron el río Sena (madre mía, qué sucio estaba, para que luego digamos del Manzanares…) y los parisinos. ES QUE NO PUEDEN SER MÁS BORDES. Hay excepciones, pero creo que en la vida he tratado con gente tan antipática y tan estirada. En el fondo, hay que estarles agradecidos, dejando que unos vulgares humanos como nosotros pisemos su maravillosa ciudad… (modo ironía on).

Por lo demás, buena comida, precios muy caros, e icónicos lugares que sin duda merecen ser visitados.

P.D: la catedral de Notre Dame también me pareció una auténtica pasada, aunque no estuviera Quasimodo.

Mi puntuación (ESTO ES TOTALMENTE PERSONAL) sería de un ocho, aunque…

No sé, no sé, mis recuerdos cada vez se hacen más viejos, así que puede que necesite ir otra vez… (guiño, guiño) y valorarla cómo probablemente merece.

Ya sabéis… todos merecemos segundas oportunidades…


   Mika Mellark


 

 

 

Mar Barbero

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Titulada Superior en Danza Clásica y Danza Española por el Real Conservatorio, lleva más de 30 años en el mundo de la Comunicación.

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