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A DOS METROS DE TÍ


¡Hola de nuevo después de tantísimo tiempo, readers! Ya os echaba de menos. He estado hibernando sin invierno durante una larga temporada, pero por fin he salido de mi cueva para meterme en Mikueva, pero la buena. Y, después de este absurdo y horrible juego de palabras, vamos a entrar en materia.


Hace poco se estrenó la película A dos metros de ti,  protagonizada por Cole Sprouse (Riverdale) y Hayle Lu Richardson (Ravenswood). Esta narra la historia
de Stella, una joven de diecisiete años que padece fibrosis quística, (para los que no sepáis lo que es, esta enfermedad afecta sobre todo a los pulmones provocando que se acumule moco espeso en ellos dificultando la respiración). Stella pasa la mayor parte del tiempo de su vida en el hospital, donde tiene gran relación con las enfermeras y su mejor amigo, Poe, el cual también está interno en otra habitación. Sin embargo, su vida dará un giro de 180 grados cuando conozca a Will, un joven que sufre la misma enfermedad que ella. Según explican en la película, dos personas que padecen fibrosis quística no pueden tocarse entre ellas debido al peligro del contagio, dejando solamente una distancia de dos metros el uno del otro. A pesar de este obstáculo, Stella y Will no podrán evitar crear un fuerte vínculo y ambos acabarán sintiendo una conexión tan fuerte que serán capaz de arriesgarlo todo.

Al principio, A dos metros de ti, no puede recordar más a Bajo la misma Estrella, aunque, desde mi punto de vista, esta es muchísimo más agónica. La química que tienen los protagonistas es B-R-U-T-A-L, y el hecho de que no puedan ni siquiera tocarse entre ellos dan ganas de echarse las manos a la cabeza y gritarle a la pantalla en más de una escena, como, de hecho, hice yo (eso sí, el grito solo se escuchó en mi mente). Además, el personaje de Poe, el gran Rrrrrriiiico de Hannah Montana, le pone ese toque de humor a un film que a veces es demasiado dramático. La verdad que hace un gran papel y es imposible no cogerle cariño, teniendo en cuenta lo odioso que era en la famosa serie de Disney Channel.

Algo que también es digno de mención, son las escenas románticas. Sé que estas normalmente se le suelen atragantar a los más “duritos”, pero esta película realmente consigue que la historia de los dos protagonistas te atrape y conmueva de tal manera que estas no resultan empalagosas sino tremendamente conmovedoras, y reflejan a la perfección la belleza de su relación. A pesar de que ambos se estén jugando literalmente la vida por estar juntos. Solo con decir que cuando terminó lo único que conseguí escuchar en el cine fue cómo literalmente toda la sala se estaba sonando los mocos…

En definitiva, la película deja un gran mensaje que da muchísimo para pensar en lo que significa realmente vivir, el cual me recordó mucho al de Yo antes de ti (de la que escribiré un artículo muy pronto). A dos metros de ti muestra lo afortunados que somos solamente por el hecho de poder respirar por nosotros mismos, de poder tocar, abrazar o besar a aquellas personas que queremos y son importantes para nosotros. Pero, sobre todo, muestra cómo merece la pena aprovechar cada segundo de nuestra vida como si fuera el último.

Porque podría serlo en cualquier momento.


Mika Mellark


 

Mar Barbero

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Titulada Superior en Danza Clásica y Danza Española por el Real Conservatorio, lleva más de 30 años en el mundo de la Comunicación.

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