Carmen, por la Compañía Nacional de Danza, regresa a los escenarios españoles


La versión de la cigarrera más universal, contada por Johan Inger, después de triunfar en Quimper  (Francia), regresa a los escenarios nacionales los días 10 y 11 de Junio en Palma de Mallorca, del 15 al 25 en los  Teatros del Canal en Madrid y 8 y 9 de julio en Cartagena (Murcia).


Johan Inger, galardonado con el Benois de la Danse 2016 por su coreografía Carmen, originalmente creada para la CND.

Cuando Johan Inger recibió el encargo de la CND, de montar una nueva versión de Carmen, siendo él sueco y Carmen una obra con un marcado carácter español, se encontró ante un enorme reto, pero también una gran oportunidad. Su aproximación a este mito universal tendría que aportar algo nuevo. Para ello, Inger decidió centrarse en el tema de la violencia, aproximándose a ella a través de una mirada pura y no contaminada… la de un niño. Partiendo de este enfoque, Inger crea un personaje, que propicia que seamos testigos de todo lo que pasa, a través de sus ojos inocentes, a la vez que contemplamos su propia transformación.

Johan Inger

“Hay en este personaje un cierto misterio, podría ser un niño cualquiera, podría ser el Don José de niño, podría ser la joven Michaela, o el hijo nonato de Carmen y José. Incluso podríamos ser nosotros, con nuestra primitiva bondad herida por una experiencia con la violencia que, aunque breve, hubiera influido negativamente en nuestras vidas y en nuestra capacidad de relacionarnos con los demás para siempre.”

El espacio escénico para esta nueva propuesta de ‘’Carmen’’, a cargo de Curt Allen, se basa conceptualmente en la creación de una escenografía muy clara y limpia, definida por la sencillez y rotundidad de las formas, y por la honestidad visual de los materiales elegidos. Se busca la asociación de atmósferas mediante la reinterpretación de la novela original, evitándose cualquier tipo de estética costumbrista. Sevilla es un lugar cualquiera, la fábrica de tabacos es cualquier industria y los montes de Ronda representan un estado de ánimo al límite, que traducido al espacio se refleja como suburbios, ámbitos oscuros, escondidos o inseguros. Para crear estas atmósferas la escenografía recoge tres materiales, el hormigón, el espejo y un onduline negro, y surge de una forma, el triángulo equilátero que representa de manera instintiva y por asociación al universo de la obra. Tres es el número que rompe la baraja, tres el que provoca los celos, tres el que finalmente desemboca en la violencia.

Tres por tres igual a nueve prismas.

La escenografía se sintetiza en 9 prismas móviles con tres caras diferentes cada uno, conducidos por los bailarines a través de la coreografía, y con los que se va articulando los diferentes espacios. Espacios limpios que no obstaculizan la lectura del discurso danzado, y que acentúan posibles lugares y posibles estados de ánimo sólo a través de la forma y del material.

El suelo cambia a lo largo de la obra de claro a oscuro, y unas lámparas acompañan tres momentos diferentes: la fábrica, la fiesta y las montañas, y serán, aparte del vestuario, el único toque de color en la escenografía.

La escenografía se quiere mostrar dinámica y funcional, al servicio de una propuesta que nos va a hablar, desde la perspectiva de un niño, sobre las múltiples facetas de esta obra universal, entre ellas la violencia y sus consecuencias.

David Delfín

El diseñador de vestuario David Delfín , recientemente fallecido, siguió las pautas marcadas por el director de la pieza; sobriedad, atemporalidad, contemporaneidad y un sutil acercamiento a la década de los 60. Todo ello visto desde la simbología y la metáfora. Los caracteres y personalidad de los personajes se verán tocados por estos conceptos. Su idea fue crear una nueva Carmen, huyendo de los estereotipos estéticos de la obra y de la época, desdoblando y trasladando sus personajes a una especie de equivalente contemporáneo.

De esta forma, los militares se acercan a otra forma estética de poder, como podrían ser los ejecutivos. El torero, la estrella de la obra, estaría más cercana a una estrella de cine o de rock…

Este simbolismo se ve reforzado por personajes metafóricos. Los gitanos, seducidos por los encantos de las cigarreras que despiertan sus instintos animales, se transforman casi en perros. La ingenuidad, la pureza, la bondad y el misterio humano lo representa un niño, una presencia andrógina que se va oscureciendo durante el transcurso de la obra. La violencia y la frustración se traducirá en “sombras”, personajes que irán tomando más presencia y protagonismo en la segunda parte de la obra. Sofisticación en los personajes durante la fiesta del primer acto, cotidianidad en un personaje de limpiadora…

Y Carmen, según las anotaciones del análisis de Johan; libre, valiente, contemporánea, quizá una personalidad apocalíptica.

Sin duda se trata de un vestuario que transmite fuerza e identidad, quizá tocada por cierta ambigüedad estética.

La primera parte será más luminosa y colorida. La segunda más oscura, inundada de grises y negro. Los tejidos se elegirán contando con su mantenimiento y conservación, materiales que faciliten el lavado y planchado. Sobre todo mezcla de algodones y poliéster con un pequeño porcentaje de elastán.

  • La CND está dirigida por JOSE CARLOS MARTINEZ ,bailarín Estrella de la Ópera de París, Comendador de la Orden de las Artes y las Letras (Francia)y Premio Nacional de Danza 1999, Inicia sus estudios de ballet en Cartagena con Pilar Molina. Entre 1984 y 1987 estudió en el Centre de Danse International Rosella Hightower. Ganó el Prix de Lausanne e ingresó en la Ópera de París. En 1988 fue elegido personalmente por Rudolf Nureyev para formar parte del “Cuerpo de Baile” del Ballet de la Ópera de París. Tras ganar en 1992 la Medalla de Oro en el Concurso Internacional de Varna, fue nombrado Bailarín Estrella del Ballet de la Ópera de París en 1997, la máxima categoría en la jerarquía del Ballet.

A lo largo de su carrera ha recibido otros premios importantes como el Prix de l ‘Arop, Prix Carpeaux, Premio Danza & Danza, Premio Léonide Massine-Positano, Premio Nacional de Danza, Medalla de Oro de la Ciudad de Cartagena, Premio “Elegance et Talent France/Chine”, Premio de las Artes Escénicas (Valencia), Premio “Benois de la Danza” por su coreografía “Les Enfants du Paradis” o el Premio Danza Valencia. Ha sido receptor de la medalla de honor del Festival Internacional de Granada para la CND en 2013.

La Compañía Nacional de Danza fue fundada en 1979 con el nombre de Ballet Nacional de España Clásico y tuvo como primer Director a Víctor Ullate.

En febrero de 1983 se hizo cargo de la Dirección de los Ballets Nacionales Español y Clásico María de Ávila, quien puso especial énfasis en abrir las puertas a coreografías como las de George Balanchine y Anthony Tudor. Además, María de Ávila encargó coreografías a Ray Barra, bailarín y coreógrafo norteamericano residente en España, ofreciéndole posteriormente el cargo de Director estable que desempeñó hasta diciembre de 1990.

En diciembre de 1987 fue nombrada como Directora Artística del Ballet, Maya Plisetskaya, extraordinaria bailarina rusa. En junio de 1990 Nacho Duato es nombrado Director Artístico de la Compañía Nacional de Danza, cargo que ejerció durante veinte años, hasta julio de 2010. Su incorporación supuso un cambio innovador en la historia de la formación incluyéndose en el repertorio de la compañía nuevas coreografías originales, junto con otras de contrastada calidad.

En agosto de 2010 Hervé Palito sucede a Duato como Director Artístico durante un año.

El 17 de diciembre de 2010 el Ministerio de Cultura anuncia el nombramiento de José Carlos Martínez como nuevo Director de la Compañía Nacional de Danza.


Mar Barbero de Zubillaga


 

Mar Barbero

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Titulada Superior en Danza Clásica y Danza Española por el Real Conservatorio, lleva más de 30 años en el mundo de la Comunicación.

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