Un año más, Europa demuestra el súper aprecio que nos tienen a los españoles, y dejan a la actuación de Miki en un puesto 22, a pesar de que medio mundo se puso a bailarla como si no hubiera un mañana
Europa nos tiene manía. No hay manera de acertar. ¿Canción lenta? No gusta. ¿Canción movidita? No gusta. ¿Cantar en español? No nos entienden. ¿En inglés? Tampoco nos entienden porque pronunciamos mal, y aún así, seguimos sin convencer. Si es que Eurovisión es un festival que da mucho de sí, pero ser Eurofan es una tarea muy dura. Creedme.
A pesar de no tener demasiadas esperanzas en Miki (lo siento mucho, yo era fan de Muérdeme, de María Villar), cuando comenzó a cantar el tema de La Venda (el cual llevo tarareando todo el día, por cierto) me quedé gratamente sorprendida de lo bien que le estaba saliendo. Se comió el escenario, vocalmente estuvo correcto, y consiguió que hasta sus contrincantes se pusieran a hacer la conga en medio de su canción. Una vez visto esto, pensé : ¡Este año sí, este año sí que sí! Pero, como siempre, el resto de Europa decidió darnos un buen bofetón a mí y a todos los eurofans españoles.
Si bien es cierto que el televoto nos dejó en una posición bastante aceptable (14 de 26, not bad), el jurado decidió tumbarnos de la manera más cruel dándonos tan solo 7 puntos (por cierto, guiris del mundo, después de esto, no vale venir en veranito a disfrutar de la playa a Españita. Os vais a Holanda, a Suecia, o a Macedonia del Norte, que para algo les votáis). Otros años me lo veía venir (véase el Eurogallo), pero este me ha dado especial rabia porque Miki NO merecía quedar en una posición tan baja. Este no era el año, Europa, dejadnos respirar y querednos un poquito. Estoy casi tan indignada como con la 22 posición de Barei en 2017. Basta ya de jugar con mis sentimientos, que son frágiles.
Sin embargo, hay algo a lo que NUNCA nadie nos ganará a los españoles: los memes. Entre la cara de decepción del representante sueco con su puntuación en el televoto, que me recuerda a mí cuando me dejan con un 4.9 en una asignatura, la bandera de España traviesa que se le escapó al pobre Miki, o la actuación de Frozen aérea que nos regaló Australia, Twitter estaba que no daba a basto. Quedaremos fatal en Eurovisión, pero hemos vuelto a ganar en humor. Si es que no todo podía ser malo.
Por cierto, tampoco me olvido del detalle de Islandia al mostrar banderas palestinas cuando les enfocaron en el televoto. Eso sí que es tener un par. Me dejaron más a cuadros que con la actuación tan lamentable de la pobre Madonna.
Dicho esto, desde aquí todo mi apoyo a Miki, que lo hizo genial y que mereció más. Y ya puestos a hablar, pido formalmente que el año que viene llevemos a Rosalía o a Lola Índigo, que igual nos marcamos un María Isabel en Eurojunior y ganamos con un poco de flamenquito.
Aunque, visto lo visto, vayamos aceptando ya que España es un país huevón. Porque hagamos lo que hagamos, la vamos a cagar.
Mika Mellark.
