MILAGRO EN GOTAS


El Balneario de Caldes de Boí nos adentra en un paraíso idílico en el que, no sólo curamos el cuerpo, sino también el alma


Casi podríamos decir que se trata de una experiencia “milagrosa” pues, cuando traspasas sus instalaciones, todo cambia… no hay prisa, sólo calma. No hay ruido, sólo el murmullo de las aguas. No hay molestias, sólo alivio. Tampoco aburrimiento, porque el entorno natural te invita a pasear o a conocer el románico de la zona…

Un lujo a tu alcance y una experiencia que no puedes dejar pasar.

Marta Pardo, responsable comercial nos explica, todas y cada una de las razones, por las que hay que visitar este Balneario.

Situado en el Valle de Boí ,justo en la entrada del Parque Nacional de Aigüestortes y San Mauricio, donde los Pirineos muestran su máximo esplendor, está rodeado de un conjunto Románico declarado patrimonio material de la humanidad por la UNESCO, asi como de numerosos manantiales naturales de aguas termales con propiedades del agua minero medicinales, incluso con piscina termal, con naturaleza, actividades, gastronomía, cultura, e incluso con Les Falles declaradas patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO.

El Balneario cuenta con dos hoteles, El Manantial que es el principal y dispone de 92 habitaciones de distintas categorías entre Dobles estándar, Doble estándar con vista al Valle, Dobles superior, Habitaciones familiares para 4 personas, Junior suites y Suites.

La emblemática construcción del Hotel Manantial sigue los cánones de la arquitectura de montaña, ofreciendo la máxima comodidad y confort a los clientes gracias a las constantes mejoras y actualizaciones en sus instalaciones.

También encontramos el Hotel Caldas, una antigua hospedería medieval que fecha del 1671, reformada y totalmente renovada en el 2004, siempre conservando la estructura original del edificio, incluido el patio fortificado, donde se encuentra el Santuario de la Virgen de Caldas y distintas tiendas de artesanía y de productos locales de elaboración propia.

Desde El Manantial, se puede acceder al Centro Termal sin necesidad de salir al exterior.

La historia del Centro es muy interesante ya que, se tiene registro del efecto terapéutico de sus aguas minero-medicinales desde la época romana. A finales del siglo XVIII se realizan los primeros análisis médicos y científicos valor aunque ya eran reconocidas por sus efectos para recuperar la Salud.

Existen 37 tipos de aguas en el Balneario de Caldes de Boí, que oscilan entre los 4 ºC y los 56 ºC y que pueden ser utilizadas para una gran variedad de finalidades terapéuticas. Hay diferentes tipos de aguas: cloruradas, sulfuradas, sulfatadas y bicarbonatadas. Predomina el sodio en las aguas más calientes y el calcio en las más frías. Su pH es básico en la mayoría excepto en aquellas aguas frías donde es ácido.

El agua que se embotella con el nombre de Caldes de Boí, nace de la Font del Bou, uno de los manantiales del Balneario a 1.500 metros de altura. Se trata de un agua de mineralización débil, con un bajo contenido en calcio, lo cual evita la formación de cálculos renales. También tiene un alto contenido en sílice que ayuda a la eliminación de la acumulación de grasas y residuos favoreciendo la depuración del cuerpo.

En el Centro Termal de Caldes de Boí  puedes disfrutar de una gran variedad de servicios termales y tratamientos que tienen como base el agua minero medicinal de Caldes de Boi. En él destacan estufas naturales,  fangoterapia propia y los baños con agua sulfurada, así como una amplia carta de servicios de bienestar como masajes, tratamientos corporales y tratamientos de dermocosmética. En sus instalaciones se encuentra un circuito de aguas termales con piscina climatizada, jacuzzisvaporariumshammam natural, salas de inhalaciones y aerosolescabinas de fangoterapia propiacabinas de masajezona de tratamientos de estética, y relajantes salas de reposo.

El equipo médico de Caldes de Boí  supervisa los programas de tratamiento, visitando a los pacientes en su consulta e indicando el tratamiento personalizado. Posteriormente realiza el seguimiento y la valoración de los tratamientos aplicados.

Los tratamientos estéticos también son muchos utilizándose los productos Boí Thermal, elaborados también con las aguas de la estación termal.

Las aguas que sustentan cada fórmula proceden de 3 de los 37 manantiales de la Estación Termal Caldes de Boí, elegidas para cada línea y/o producto en función de su composición única. Estas aguas cuentan con composiciones y temperaturas constantes, que les brindan propiedades mineromedicinales, tras haber recorrido un largo camino subterráneo de 16.000 años. Son aguas puras, sin contaminantes ni añadidos y con una composición química irreproducible, con una concentración iónica de excepcionales cualidades para la piel. Su composición constante en el tiempo las hace especialmente beneficiosas para el cuidado dermatológico y ofrecen una gran biodisponibilidad para la piel a diferencia de la mayoría de aguas termales. Estas aguas son absorbidas a través de las células por ósmosis y gracias a su carácter hipotónico, tienen una mayor capacidad de penetración que el resto de aguas y, por tanto, de hidratación, aportando suavidad, flexibilidad y calma.

En la nueva línea Boí Termal, encontramos cremas hidratantes, reafirmantes, limpiadoras, sueros…..También, productos específicos para hombres.

Historia del Centro
  • SIGLO I y II

Existen pruebas históricas de que las aguas de Caldes de Boí ya se usaban de forma terapéutica por parte de los romanos.

  • SIGLO XI

El efecto terapéutico de las aguas se relacionó con milagros sanadores. Por ello, cada vez la concurrencia a aquel pintoresco lugar era mayor, y se creyó necesario hacer un hospedaje.

En esta época, todo el Valle de Boí, y por tanto Caldes de Boí, eran territorios feudales bajo el dominio de los Barones de Erill. A esta familia se debe la construcción en todo el valle de las hermosas iglesias románicas.

  • SIGLO XV

A finales del siglo XV se nombra la Junta de San Roque, formada por los dos curas párrocos más antiguos de Boí y tres acaudalados propietarios, que era la que coordinaba y gestionaba la masiva llegada de peregrinos y bañistas al Santuario de Caldes de Boí.

  • XVII

En 1657  ya existía una Casa de Baños. Los monjes hacían funcionar una especie de Balneario muy rudimentario al cual acudían los enfermos pagando lo que podían.

  • SIGLO XIX

Por su carácter religioso Caldas de Boí fue objeto de la Ley de desamortización de Mendizábal y en 1834 pasa a ser gestionada por la Diputación provincial de Lérida. En 1868 se inaugura la primera estufa natural. El 20 de diciembre de 1887 las aguas mineromedicinales de Caldes de Boí son declaradas de utilidad pública. Federico Vallmitjana, joyero en Barcelona, compra los Baños de Caldes a la Diputación de Lleida en 1896.

 

  • SIGLO XX

A la muerte de Federico Vallmitjana, su nieta María José Joaniquet se casa con el suizo Walter Ankli. Éste visita en los años 50 los Pirineos y el valle de Boí y se enamora del entorno que le recuerda mucho a su país, Suiza, por ello decide comprar el Balneario y empezar a invertir en él:

En 1953 se puso en funcionamiento la piscina al aire libre con agua de la Font del Bou. En 1956 se construye el Hotel Manantial y las piscinas, y se mejoran los baños. Entre 1962 y 1973 se amplía el Hotel Manantial y queda configurada su estructura actual.

  • SIGLO XXI

La variedad de las aguas que tienen los Baños es inigualable y por eso hoy en día aparecen en el libro de los récords Guinness (37 manantiales).

La familia Ankli ha supuesto un punto de inflexión clave en el desarrollo del termalismo en los Pirineos durante los últimos 100 años. Un termalismo tradicional y auténtico que hoy en día es el referente más importante del turismo de salud de alta montaña pirenaica, además, envuelto de un entorno natural y cultural único como es la Vall de Boí. Entre los años 2002 y 2006 se han reformado tanto la Estación Termal como los hoteles Manantial y Caldes. Y la historia sigue y se seguirá escribiendo.

Nace la gama de «Cosmética Dermatológica Termal» Caldes de Boí in your skin para aportar a la piel un activo único y milenario, las aguas mineromedicinales de Caldes de Boí.


Mar Barbero de Zubillaga


 

Mar Barbero

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Titulada Superior en Danza Clásica y Danza Española por el Real Conservatorio, lleva más de 30 años en el mundo de la Comunicación.

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