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MIMA TUS MANOS


Su lavado constante puede secarlas e incluso, agrietarlas


Pero, si te quedas sin tu crema favorita, te damos una fórmula casera.

Pedro Catalá, Doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty nos da las claves.

Para manos agrietadas:

Cada noche antes de acostarnos, pon las manos a remojo en un bol de leche (fria o tibia) durante 5 minutos.

El zumo licuado de pepino es un remedio infalible para suavizar las manos castigadas. Para después de los geles hidroalcohólicos: La mayoria de estas fórmulas poseen un polímero ácido (carbomer) que se neutraliza con una sustancia fuertemente alcalina (trietanolamina o hidróxido de sodio) para dar un gel. El resultado son productos a un pH más elevado que el de la piel, lo que las reseca.

Diluir una cucharada en un vaso de agua y enjuagarse las manos con esta solución ayuda a eliminar los efectos negativos de la alcalinidad y, al mismo tiempo, proteger las manos de la sequedad y agrietamiento. Para complementar con el jabón:

Recomiendo tener un bol con una pequeña cantidad cerca del lavabo y, con las manos humedecidas, aplicarnos unos copos de avena, frotarlos y enjuagar las manos. La avena no sustituye al jabón tradicional ni tiene propiedades antibacterianas relevantes, pero aporta suavidad y evita la sequedad.

También, es muy recomendable masajear los restos del sérum o aceite facial que utilizamos en nuestras rutinas diarias. Asi mismo, al acostarnos, podemos aplicarnos una crema de manos y cubrirlas con  unos guantes de algodón o incluso unos de plástico.

Ya lo sabes, lavar las manos si, pero hidratarlas, también.


Mar Barbero de Zubillaga


 

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