Mar Barbero de Zubillaga.
Cuando estamos disfrutando de los éxitos de nuestros deportistas paralímpicos, no podemos olvidarnos de nuestro colaborador Pepe Barbero
No obstante, si él estuviera ahora con nosotros, nos rectificaría el término paralímpico y nos haría escribir parOlímpico. Porque así es como a nuestro Pepe le gustaba denominar a estos deportistas a los que se les privaba (además de muchas otras cosas) de la O, símbolo del olimpismo.
Pero, desgraciadamente y a pesar de pelearlo mucho en diferentes instancias (la Real Academía de la Lengua le dio la razón confirmando que, además, era lo gramaticalmente correcto) actualmente, todos hablamos de paralimpiada y paralímpicos….
Pero decimos que fue solidario y visionario porque apostó por el deporte para todos, en una época en la que nadie lo hacia.
Cuando las personas con discapacidad física, intelectual o sensorial importaban poco o nada, a la sociedad y, mucho menos, al deporte, se creó la Federación Española de Deporte para Minusválidos (1968), que aglutinaba diferentes deportes.
Presidida por Guillermo Cabezas y con el apoyo de Juan Antonio Samaranch, inició su andadura con escasísimos medios pero con un equipo humano que derrochaba entusiasmo, energía y ganas de llegar a lo que, después de muchos años, se ha conseguido.
Concretamente, en el Baloncesto en silla de ruedas, fue fundamental nuestro Pepe.
Con un bagaje profesional impresionante. Periodista deportivo que promocionó el baloncesto en la posguerra, cuando solo se hablaba de fútbol y toros (entonces no existían ni los móviles, ni internet ni redes sociales, así que lo tuvo difícil).
Maestro y Director del Colegio Ateneo Politécnico (con un ideario novedoso y muy liberal para la época). Entrenador de diferentes equipos masculinos y femeninos.
Presidente del Comité Nacional del Baloncesto Infantil, Minibasket (consiguió que los colegios tuvieran canastas para niños, organizando competiciones nacionales e internacionales) hacía suyas todas las batallas en las que combatía…
En palabras de su hijo, Miguel Ángel Barbero, también periodista y colaborador suyo “era un defensor de causas, a priori, imposibles” pero que finalmente culminaron con una medalla de oro en los juegos parOlímpicos de Stoke Mandeville en 1985, en los que él era el Seleccionador Nacional de Baloncesto en silla de ruedas. ¡Bravo Pepe!
Durante 30 años trabajó incansablemente en la Federación de Minusválidos llegando a ostentar el cargo de Vicepresidente.
A lo largo de estos años obtuvo diferentes condecoraciones como el Premio COI, la medalla de Oro y Brillantes del Minibasket, la medalla de Diamantes de Cruz Roja, premio del Inserso por su labor solidaria (denunció las barreras arquitectónicas, consiguió la instalación de rampas y accesos para personas con limitaciones…) y los Premios “José Barbero” del grupo Editorial Vaguada.
La única contienda que no pudo ganar, fue la O del olimpismo para sus deportistas pero, su legado, no ha podido ser más fructífero, solidario y generoso.
José Barbero, Pepe para los amigos, Pepe el de la O para los académicos, Pepé para su familia y Papá para mi, disfruta mucho de los éxitos de tus parOlímpicos que también son tuyos!!!
