Mika Mellark.
El verano es sinónimo de libertad, descanso y actividades al aire libre…
Pero también es una de las estaciones más duras para el cabello.
Sol, cloro, agua salada y viento se combinan para debilitar la fibra capilar, dejándola seca, porosa y quebradiza. Es común que, al terminar las vacaciones, notemos puntas abiertas, pérdida de brillo y una textura áspera que nos obliga a pasar por la tijera.
¿Es realmente necesario cortar el cabello después del verano? ¿Podemos hacer algo para conservar nuestra melena larga y saludable sin tener que renunciar a esos centímetros por los que tanto hemos esperado?
La respuesta es sí, pero lleva su trabajo.
Durante los meses de calor, el cabello está expuesto a múltiples agresores ambientales que alteran su estructura.
Radiación solar
Los rayos UV dañan directamente la cutícula (la capa externa que protege el cabello), degradando la melanina y las proteínas estructurales como la queratina. Esto provoca:
- Pérdida de color (el cabello natural o teñido se aclara).
- Mayor fragilidad y tendencia a partirse.
Agua salada y cloro
El agua del mar y de las piscinas extrae humedad del interior del cabello por un fenómeno osmótico. Además, la sal y el cloro levantan la cutícula, dejándola más áspera, con más frizz y expuesta a daños adicionales.
Viento y roce
El viento en la playa o la montaña hace que el cabello se enrede más, aumentando el riesgo de rotura al peinarlo. Además, el roce con sombreros, toallas o respaldos puede erosionar aún más la fibra capilar.
Como resultado, el final del verano suele coincidir con puntas abiertas, zonas debilitadas o incluso roturas a media melena. Si no se corta, estos daños avanzan, dividiéndose cada vez más hacia arriba y provocando que el pelo luzca “despuntado” y sin forma.
Y por supuesto, debes contar con tus aliados Byphasse;
- Champú Nutritivo Hair Pro Fórmula Profesional
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Este otoño, sigue disfrutando de tu melena!!!
