Laura Sofía del Castillo.
Una colección creativa, llena de diseño y con la identidad de la firma
Una colección creativa, llena de diseño y con la identidad de la firma
Cada semana, una nueva prenda de ropa; cada día, una tendencia a la cual seguir. Vivimos en un constante consumo y desecho poco ético para cualquiera involucrado en el ciclo.
Parece como si el fast fashion estuviese arrasando con absolutamente todo eso que se predica en el mundo de la moda. Lo instantáneo está acabando con la identidad de las marcas y su responsabilidad con el mundo que las rodea.
Pocas marcas son aquellas que conservan aquellos valores que las caracterizan como únicas.
Una de ellas es SKFK, que ha permanecido fiel a su identidad sin importar el pasar de los años y la evolución de su público y de sus prendas.
Su compromiso con la tradición y la cultura destaca abruptamente a través de su historia y su última colección, SS26 Azala, no es la excepción.
Rescatando sus raíces, se centra en el verano del norte, un poco impredecible y de repente algo fresco. Desde abrigos de entretiempo hasta un vestido corto para merodear por la playa, se abarcan todos los posibles atuendos para un clima tan cambiante como el de Bilbao.
Es fascinante la manera en la que se reivindica la tradición del norte, desde la reinvención crop top de la típica chaqueta vasca hasta el uso pertinente de pañuelos en lugares inusuales.
En la colección destacan constantemente elementos como las transparencias, cortes inesperados, rayas, camuflaje denim, sportswear y una mezcla de algodón y lino.

Por otro lado, es imposible negar que se trata de una colección divertida en la cual se puede encontrar un tono para cada persona: lima, verde militar, azul marino, coral, salmón, tonos más tierra, hielo y estampados únicos. Pero la creatividad no se queda solo en las prendas; los calcetines arrasan con las miradas y los bolsos son para querer comprarlos todos.
De igual manera, la colección presenta varias prendas de artistas, en su mayoría franceses. Algunas coloridas, otras más apagadas pero,, todas ellas, cuentan historias de los diferentes artistas.
Frases, cortes y estampados, aunque provengan de fuentes externas a la marca, continúan con la línea de elementos.
Algo que cabe recalcar es el uso del reciclaje, no solo en cuanto a modelos de colecciones pasadas a los cuales se les ha dado un giro con la tela, sino también en cuanto a sus elementos de composición. SKFK es una marca zero waste, la cual prima ante todo la producción justa y bien remunerada de sus materias primas.
Su indudable responsabilidad hacia las personas detrás de los materiales es admirable. Cada prenda hecha con algodón orgánico representa un acuerdo justo y transparente entre la marca y sus proveedores. Desde 2016, la marca colabora directamente con Chetna para trabajar con algodón orgánico y certificado Fairtrade.
Así pues, a partir de un espíritu vanguardista refugiado en los festivales de música de 1999 y el choque de realidad en cuanto a las fábricas de China en 2003, la marca, desde sus inicios, ha sabido ser éticamente correcta mientras conserva y explora su espíritu.
Sin duda, en esta colección se demuestra ese espíritu creativo y vanguardista que tanto prima en la marca.
Más que una colección, es una luz en el mundo oscuro lleno de copias e irresponsabilidad climática de la moda accesible.
SKFK tiene propuestas diferentes a lo que estamos acostumbrados a ver.
Sin duda, una marca llena de vida e identidad.





