La diseñadora, embajadora del Citroën Berlingo, ha sido la protagonista del primer desayuno virtual ‘Nuevos hábitos, nuevas iniciativas’, una serie de encuentros entre periodistas y personalidades de distintos ámbitos para analizar los retos que nos plantea el nuevo mundo tras la pandemia del Covid-19
En un tono amigable y cercano, la diseñadora madrileña relató su experiencia de presente y futuro ante los cambios que estamos viviendo, destacando que: “de esta situación va a salir un mundo nuevo, y lo que tenemos que hacer todos es que ese mundo sea mejor”. Para ello propone dos fórmulas: “salir del confinamiento respetando el medio ambiente” y “afrontar la nueva realidad echándose para delante y trabajando muchísimo”. Asegura también que “de esta situación va a salir un mundo nuevo, y de lo que se trata, lo que tenemos que hacer todos, es conseguir que ese mundo sea mejor. Tenemos que hacer un esfuerzo increíble para que no sea una reconstrucción, sino una reinvención”. Para ello, propone centrarnos en las cosas buenas que también nos ha dejado este confinamiento, lo bien que le ha sentado al campo y al agua de los ríos y el mar incluso en núcleos urbanos como París y Venecia. “Debemos salir del confinamiento respetando el medio ambiente. Yo creo que es la naturaleza la que nos puede salvar de todo”, afirma.
La diseñadora, que también ve cosas positivas en esta nueva realidad, como el teletrabajo, que considera “genial”, o las mascarillas, que “son el próximo gran complemento y me parecen favorecedoras a tope, porque te permiten ir sin maquillar y te dan un aire misterioso”, asegura no tener “ni idea” del futuro que nos espera con las nuevas medidas de distanciamiento social.
Su “historia de amor” con Citroën
Agatha también quiso destacar su particular “historia de amor con Citroën”, asentada sobre valores como la libertad, la diferencia, la originalidad y la innovación, que comparten tanto la firma francesa como la diseñadora madrileña. Esta relación se remonta a 30 años atrás, según sus cálculos. Por ejemplo, haber relizado trajes, que parecían coches, en el Salón del Automóvil de Barcelona.
“Además, luego vino Cósima [Ramírez, diseñadora e hija de Ágatha] y también empezó a hacer cosas con Citroën. Incluso un verano tuvimos un Citroën eléctrico, un e-Mehari, que parecía de los años 50 y era como un caramelo de fresa alucinante. Y encima, eléctrico —celebra la diseñadora—. He hecho muchísimos proyectos con Citroën y ¡qué divertido que sigamos! La verdad es que es una historia muy bonita. Tendríamos que hacer un pequeño libro contándola”, concluye.
Como siempre Agatha, GENIAL!!!
Mar Barbero de Zubillaga