Mar Barbero de Zubillaga.
María Grazia Chiuri, directora creativa de la firma, permanece fiel al legado de su creador
Su colección prêt-à-porter Primavera-Verano 2024 parte de una reflexión sobre el significado del presente. Un presente en el que el pasado y el futuro deben coexistir simultáneamente.
En esta convergencia, abierta a muchas interpretaciones, continúa explorando la relación entre la feminidad y el feminismo, impulsada por la convicción de que la moda tiene, más que nunca, la responsabilidad de ayudar a las mujeres a descubrir su valía y expresar sus diferencias. Por tanto, se interesa por todas las rebeldes que han afirmado su independencia ante un mundo masculino y han desafiado el sistema.
Entre ellas se incluyen las brujas, guardianas de los conocimientos de la diosa madre, que transmiten la ciencia de las plantas y respetan los tiempos de la naturaleza.
Sus creaciones revelan un estilo medieval y una silueta arquitectónica, con chaquetas de estilo masculino.
Ciertos tejidos son testigos de una materialidad, un recuerdo del tiempo y un profundo conocimiento del trabajo del artista italiano Alberto Burri; las rasgaduras, laceraciones y combustiones se convierten en un elemento constitutivo y representativo de la prenda.
Los colores evocan la ceniza, la manzanilla y las pociones de amor. El motivo Mille Fleurs, emblemático de Dior, se transforma en un estampado oscuro, una radiografía floral en contraste. Las fases de la luna, los soles que anuncian las estaciones, las hierbas medicinales y los animales fantásticos forman parte de este icónico diseño, así como de los bordados en ciertas ocasiones.
La ropa de punto, cálida y sexy, juega un papel imprescindible, ya que acompaña y acaricia las curvas del cuerpo y lo envuelve sin constricciones. Un suéter metálico muy ligero evoca las cotas de malla.
Con una paleta cromática muy estricta, a pesar de tratarse una colección para el verano, el blanco, el negro y los beis son sin duda los que dan la nota.
Las transparencias, volantes y encajes dibujan soles, las camisas se dejan caer dejando los hombros al descubierto y el denim sigue aportando su granito de arena.
Chaquetas de estética militar, parkas y gabardinas, faldas midi y plisados dibujan un verano sencillo que reinventa los básicos, pero siempre con el toque magistral del Maestro.
El zapato plano, con bailarinas y salones atados al tobillo Bailarinas y salones con correas al tobillo, invitan a las fans de Dior, a pisar con elegancia pero también con contundencia y seguridad.
Para la puesta en escena, Maria Grazia Chiuri, acudió a la artista italiana Elena Bellantoni, para crear ‘Not Her’, una instalación especial que busca cuestionar las responsabilidades de las imágenes en la creación y aplicación de narrativas estereotipadas sobre la feminidad y la condición de mujer.
Dior nunca defrauda y su elegancia, sin límites, permanece inalterable, año tras año.