Seguro, seguro que, aunque creas que lo haces bien, habrá cosas que hagas mal sin darte cuenta
Son errores tan comunes y extendidos que esquivan el radar de la intuición. Pero, todavía estás a tiempo de hacer las cosas bien.
Dicen que un error repetido más de una vez es una decisión. Pero para poder decidir es necesaria una herramienta importante: la información.
En maquillaje, y como si de un laísmo en la Castilla medieval se tratase, hay muchísimos gestos equivocados (y perjudiciales para nuestro look) que aprendemos unas de otras y vamos perpetuando. Frenemos este sinsentido entonces con estos consejos:
- Te maquillas directamente sobre la piel, sin hidratarla.
Te preparas tan rápido que bastante logro supone salir todas las mañanas adecentada con los tiempos que manejas. Sin embargo, si no hidratas tu piel “lo más probable es que consigas que el maquillaje aguante menos y en peor estado”, explica Estrella Corral, Brand manager de LOLA Make Up y maquilladora. Como alternativa, puedes usar una BB Cream, ese gran todo-en-uno (hidratante, tratamiento y color, con SPF) que se inventó para mujeres a la carrera como tú.
- El tono de la base no es el tuyo.
Al comprar la base te la pruebas en la mano, y luego vienen las lamentaciones. No necesitas un Máster en tonos y subtonos, basta con que pruebes la base que te ha hecho tilín extendiendo una pequeña cantidad en la mandíbula. Si se funde con tu color natural, has acertado.
- Confundes «iluminar» con «disfrazarte de mapache».
Un exceso fácil de arreglar empleando una buena iluminación y/o eligiendo correctamente el iluminador. Uno o dos tonos menos que la base iluminan, bajar de ahí aclara inmisericordemente y deja aspecto de marca de gafa de nieve.
- No le das a cada brocha su cometido… y, para rematar, no las lavas.
Cada una tiene su cometido por su forma, pero también influye el tipo de pelo. “El pelo sintético ha eclipsado al pelo natural y, gracias a sus diferentes grosores y encerados, son perfectos tanto para aplicar los maquillajes grasos, como las bases o las fórmulas en crema, como los bronceadores, el colorete o los polvos sueltos de acabado”, matiza la Brand manager de LOLA Make Up.
En cuanto a la frecuencia de lavado, “debería ser, al menos, de una vez a la semana. Se lavan con agua fría y jabón neutro y se dejan secar en horizontal. En el caso de las brochas de maquillajes grasos, cualquier limpiador anti-grasa será perfecto. Así evitarás pasarte por la cara una tonelada de bacterias en cada uso”.
- Rizas las pestañas después de aplicarte la máscara.
El momento adecuado para rizarlas es cuando están limpias, antes de poner el producto, puesto que “así evitarás posibles roturas y pérdidas de firmeza”, aconseja la experta. Por no hablar de cómo se queda el pobre rizador si lo usas con producto…
- Compras la máscara de pestañas sin tener en cuenta cómo es el cepillo y te obstinas en tocar la zambomba con ella.
Te interesa que sea de un color o duración determinados y no te fijas en la forma del cepillo, que es lo que realmente determina el resultado y la expresión de tu mirada. “Si te sueles manchar al maquillarte pero quieres volumen, te vendrá bien un cepillo de pelo corto y no muy ancho. Si quieres respetar la forma natural de tus pestañas añadiendo algo de volumen y definición, elige un cepillo de silicona. Los cepillos curvados se inventaron para las mujeres que quieren volumen y curvatura y saben jugar con la parte cóncava y convexa del cepillo”, aclara Estrella Corral.
Una vez tengas claro tu objetivo pestañil, se trata de mantener el producto en condiciones óptimas, y para ello es imprescindible que abandones tus conceptuales conciertos silenciosos de zambomba –es decir, eso de meter y sacar el cepillo para atrapar el producto-. “Con ello sólo conseguirás que entre aire en la fórmula y se te estropeará”.
- Te maquillas los labios con la técnica del ‘froting’.
Te los pintas así, asá y los frotas uno contra el otro en la idea de rellenar los huecos y definir la cobertura. ¡Error! “A menos que estés buscando un efecto de boca mordida o blurred, es preferible maquillar cada labio adecuadamente y después retirar el exceso de labial”, recomienda Estrella.
Y DESPUÉS DE ESTAS RECOMENDACIONES, VUELVO A HACER LA PREGUNTA ¿TE MAQUILLAS BIEN O TE MAQUILLAS MAL ?
Mar Barbero de Zubillaga