NUNCA DUERMAS MAQUILLADA…

Mar Barbero de Zubillaga.

O envejecerás 10 años…


La Dra. Pérez Sevilla nos explica los motivos de por qué este gesto de irse a la cama con el maquillaje y sin limpiar la piel puede potenciar el envejecimiento de la piel, además de otros problemas cutáneos.

En muchas ocasiones, al final del día, el cansancio puede invadirnos, la pereza o la falta de constancia en la rutina de limpia facial. Sin embargo, este gesto marcará un antes y un después en el estado de la piel. Y no, no estamos hablando de una vez esporádica por falta de tiempo o recursos, sino de si repites esta acción en numerosas ocasiones.

La piel trabaja por ciclos y es por la noche cuando se regenera. Al no desmaquillarla, las células muertas, las impurezas, las toxinas o el exceso de sebo quedarán en la superficie, impidiendo esta regeneración natural.

El exceso de sebo y las impurezas serán el caldo de cultivo favorito de las bacterias ante el riesgo de que se forme un brote de acné o empeore este problema ya existente. A largo plazo, todo el ecosistema cutáneo se verá afectado: la piel será más gruesa y la tez más apagada. Una vez alterado el pH de la piel, este descuido favorecerá el envejecimiento prematuro.

Este problema también se extrapola a los ojos y la boca.  Las pestañas necesitan sebo para estar brillantes y protegidas. Sin embargo, las pestañas sin limpiar mantienen la textura del producto, resecándolas y debilitándolas y, posteriormente, con riesgo de romperse. Además, algunas máscaras de pestañas forman pequeños residuos que se desprenden de las pestañas y las irritan. En cuanto a las barras de labios, pueden irritar la mucosa labial, ya sensible de por sí, con signos de deshidratación y la formación de líneas finas.

Por lo tanto, la limpieza de la piel es uno de los pasos imprescindibles para un buen equilibrio y funcionamiento de la piel, aunque no lleves maquillaje. Además, una buena preparación de la piel significa una penetración adicional del 30% de los principios activos de nuestros cosméticos.

¿La razón? 

Al eliminar los residuos superficiales y la suciedad, permitimos que la piel se oxigene adecuadamente.

Esto es fundamental para que la energía de nuestras células pueda asimilar todos los nutrientes necesarios para su regeneración. Además, masajear el rostro mientras se limpia ayuda a activar la microcirculación y eliminar toxinas.

La piel actúa naturalmente como un escudo contra el entorno que la rodea. Cuanto más saludable es, más se autorregula según las agresiones externas. Esta barrera natural, el estrato córneo, funciona como un conjunto de ladrillos (células de la piel) y cemento (lípidos, grasas naturales).

Cuando se duerme sin eliminar el maquillaje, la base, el rubor y el iluminador, junto con la suciedad acumulada, alteran el estrato córneo.

Ya no hay cemento para unir los ladrillos y la pared está abierta a todas las agresiones externas. La reacción de la piel es la inflamación, el enrojecimiento, picor, descamación y otras molestias cutáneas. De ahí la importancia de desmaquillarse a diario.

“El peeling non stop  puedes hacértelo incluso en verano, porque no tiene periodos de convalecencia. Aportarás tersura y luminosidad a la piel ya que contiene  ácido láctico, glicólico, mandélico y fítico para renovar las capas superficiales de la piel y estimular su metabolismo. Es ideal para revertir las pieles apagadas, eliminar los granitos y mejorar la textura, principales consecuencias de dormir con maquillaje”.

Mar Barbero

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Titulada Superior en Danza Clásica y Danza Española por el Real Conservatorio, lleva más de 30 años en el mundo de la Comunicación.

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